domingo, 29 de abril de 2018

COMO PREPARAR A LAS/LOS JÓVENES CON TEA PARA EL LARGO CAMINO HACIA LA ADULTEZ.


La madurez nos llega a todos, tras la adolescencia nos toca enfrentar la etapa de adultez, momento en que supone, asumir responsabilidades y organizar nuestras vidas.
Son los padres de nuestros/as estudiantes, con la ayuda de los profesionales, los que deben aprovechar la adolescencia y juventud de sus hijos/as para ir construyendo de a poco, las bases para el cambio.
Sin perder su autoridad, los padres deben ir desarrollando en ellos/as su autonomía, permitiéndoles que se equivoquen, para que aprendan de sus propios errores.Una autonomía con límites para evitar equivocaciones mayares, después.
¿Cómo? permitiendo que su hijo/a adolescente logre cosas, como permitirles que manejen artefactos eléctricos o/y tecnológicos, preparar comidas, etc.
responsabilizándolos de las consecuencias ante errores y que sea él/ella quien lo solucione.
Que aprendan a administrar su asignación semanal, para gastos personales, como regalos, insumos personales etc. También invitarlos a participar de diálogos entre adultos, para acostumbrarlos a  socializar.
Otro aspecto es fomentar en el hogar la autonomía adulta, por medio de asumir responsabilidades y cumplirlas, sin que nadie se lo recuerde, respetando la convivencia, recordándoles que el derecho de cada uno, termina cuando comienza el derecho del otro, como sería escuchar música muy fuerte, pretender  ver siempre el programa televisivo preferido etc.
Pensar de este modo, exige a los padres o tutores superar terribles temores a que sus hijos/as corran riesgos, que implican el transitar la vida  en forma independiente, como sería el viajar solos. Lo importante consiste en dar lugar a cada uno, preguntándole si quiere o no quiere hacerlo, y si aceptan, brindarles los apoyos necesarios para que aprendan a cuidarse, y  sino a incentivarlos para hacerlo.
Pero las bases para llevar a cabo este plan,  prepararlos al largo camino de la vida adulta, deben tener las bases en los PEI, desarrollados desde pequeños. Estrategias que pueden encontrarse en forma teórico práctica en los artículos de este blogs, que paso a detallar:
La atención compartida  del 26 de dic. del 2.011, Coherencia Central del 20 de oct. del 2.011; Funciones Ejecutivas del 28 de setiembre del 2011; El pensamiento mentalista del 18 de nov. del 2.011; La transición a la vida independiente  del 15 de dic. Del 2.012; Estimulación de la comunicación del 31 de mayo del 2012; Incentivar las habilidades socioemocionales del 29 de oct. del 2.014; La inclusión en la etapa del secundario del 31 de julio del 2.014; Orientación sexual del 26 de junio del 2.014; Desarrollo de la empatía del 22 de diciembre del 2.015; Optimizar la funcionalidad en la adolescencia del 30 de setiembre del 2.015; Manejo del dinero del 30 de junio del 2.017; Desarrollo de la memoria autobiográfica del 26 de febr. del 2.017 y Trabajar la superación de rutinas de febrero de 2.018.
Si bien no todos lleguen a ser 100% autónomos, algunos tal vez necesiten siempre alguien que le ayude, para promover que tengan autonomía en la mayor cantidad de aspectos  posibles que puedan.
Pensemos que la vida adulta es el período más largo de la vida de toda persona, y que ellas/ellos es cuando la mayoría están sin orientación. Para revertir esto, no solo necesitamos que se promuevan los derechos de las personas con TEA, asegurándoles su plena participación e inclusión, sino también darle oportunamente  las herramientas para lograrlo.
¿Cómo motivarlos?
a-Ejercitando todas las aéreas.
b-Uso de instrucciones visuales
c- Ofrecerle muchos estímulos.
d-Descubrir sus pasiones y respetarlas.
e- Desarrollar la retroalimentación.
f-Involucrarlos, ofreciéndoles estímulos competitivos.
g- Adaptar  el régimen de las actividades hogareñas.
h -Asocialo al baile, deporte o arte preferido, para que sea más divertido.
i-Respetar sus intereses limitados, si tienen alteraciones sensoriales y alterada su coordinación psicomotora.
Es necesario recordar que el desarrollo y evolución de cada persona portador de este trastorno, es diferente, por lo que no podemos tratarlos en modo generalista, por lo que hay que ver cada caso en particular al desarrollar este programa.
Encontraremos que cuando posean mayor nivel cognitivo, y sin patologías asociadas, podrán lograr una vida adulta más autónoma  y normalizada, pudiendo seguir estudiando, trabajar y formar una familia.
Estudios realizados últimamente  han determinado, que personas con autismo de alto funcionamiento, son más propensos a que presenten coomorbilidad, como depresión y ansiedad , en el trascurso de la adultez. De allí que aconsejo la importancia de hacer seguimiento en este campo.
Por otro lado, las personas más afectadas, serán algo más dependientes, pero al ser trabajadas proactivamente, irán logrando todo lo que más puedan, para este fin.
Hoy podemos observar que es más importante la detención temprana, el diagnóstico certero y la intervención terapéutica  precoz, lo cual redundaría en una mejor evolución, pero no se tiene en cuenta, prepararlos para cuando sean adultos. Por eso sentí la necesidad de escribir sobre este tema.
Dentro de este colectivo de neurodiversidad, podremos encontrar desde personas de alto nivel de funcionalidad, cuya inclusión será fácil, a otras que sus problemas cognitivos-conductuales lo alejarán de ella.
Es necesario recordar e importante  que se entienda  que nuestros estudiantes  son parte de un espectro, que va desde lo más adaptativo a lo menos adaptativo, dentro de la inclusión, de allí la necesidad de preparar los tratamientos con enfoques individuales, generando expectativas optimistas y apostar expectativas para prepararlos al llegar a la adultez.
Debemos tomar conciencia que no debemos pensar en el autismo como un tema inherente a la niñez solamente, olvidándonos que serán adultos, con sus realidades y problemas, si no los preparamos adecuadamente  para acompañarlos en el proceso. Debemos proporcionarles una orientación profesional y/o atención adecuada para potenciar sus habilidades, intensificar su vida independiente  y proyectar su inclusión laboral, construyendo en ellos/ellas la certeza de que es posible.
Pasar del camino de la dependencia a la autonomía, de la protección a los apoyos, de la institucionalización educativa a la autodeterminación, para que puedan elegir cómo ser gestores de su propia vida.
Es en las familias, donde se deben comenzar las primeras transformaciones, donde la toma de conciencia  de los derechos que tiene la persona diagnosticada con TEA a elegir sus propios caminos, sus proyectos de vida, a vivir dignamente y responsablemente  sus propias elecciones.
Por supuesto que no me refiero a la familia sola, sino con la  de los profesionales, quienes aportaremos estrategias que ayudarán  a cada  uno de ello, según sus necesidades y capacidades , así como también el modo de abordarlas.
Desde pequeños/as dejarlos experimentar como seres autónomos, por ejemplo a comer solos, aunque se ensucie, a vestirse y a elegir su ropa, aunque al principio no lo haga muy acertadamente. Haciendo todo con él/ella y no por él /ella.
No es que se niegue las dificultades, sino de reconocerlas y buscar modos de minimizarlas.
Cuando se trate de un nuestros/as estudiantes  integrados a una escuela común (regular) crecerá sintiéndose que es capaz de aprender  con su grupo, si sus docentes  y equipo de apoyo preparan las adecuaciones curriculares  necesaria fuera del aula, o con la mínima  participación en ella.
El maestro integrador, no debe estar permanentemente diciéndole lo que debe hacer  o no hacer, porque crecerá pensando que nunca podrá lograrlo por sí mismo.
Concientizar que nuestros estudiantes adolescentes, ya dejaron de ser el niño eterno, por lo tanto tratémoslo como tal, respetando las necesidad del círculo de amigos/as; cambios en su aspecto físico, según la identificación con los personajes o grupos de moda.
El paso de la dependencia hacia la autonomía, no solo significa liberación  y aumento de la autoestima  para la perdona que lo logra, sino también para los que los acompañan.
Siguiendo lo que sugiero en este articulo, podremos alcanzar el ideal de compartir la vida con personas con TEA adultos, que proyecten su vida eligiendo con quien compartir sus días, contando con las bases para hacerlo posible y sustentable.
Logrado esto, permitirá que los progenitores no se planteen la pregunta “¿Qué será de él/ ella cuando nosotros no estemos?” y puedan reemplazarla por “¿qué podemos hacer  ahora y cada día para darle herramientas para que aprendan a manejarse con autonomía?”
Y es así como lograrán preparar  a su hijos/as portador de este trastorno, para el largo camino hacia la adultez con autonomía y responsabilidad.